En las circunstancias actuales, las medidas de protección frente al coronavirus se han convertido en parte de nuestra vida y de nuestras rutinas. Además de la obligada mascarilla, la mayoría de las personas llevamos en bolsos, bolsillos y mochilas un pequeño kit de protección en el que no falta algún tipo de producto higienizante de manos. Es una cuestión de responsabilidad, por nuestra propia seguridad y por la de los demás.
Precisamente, ese kit de protección frente a la COVID-19 puede convertirse en un perfecto regalo de empresa o de reconocimiento a clientes que se han mantenido fieles en unos momentos especialmente complicados. Porque igual que han cambiado los hábitos de vida para adaptarse a los tiempos, las estrategias de marketing también deben de hacerlo.
Utilidad y personalización: grandes ventajas
La tendencia de los últimos años en regalos de empresa es pensar, sobre todo, en la utilidad. Y, precisamente, un kit de protección, aunque sea muy básico, siempre va a resultar un regalo práctico que no quedará guardado en un cajón u olvidado en cualquier sitio. Todo ello sin olvidar que se trata de un obsequio que se puede entregar a cualquier persona ya sea proveedor, empleado o cliente.
Las combinaciones posibles en un kit de protección son enormes. Una bolsa portamascarillas o un neceser, productos desinfectantes en bote o toallitas húmedas, mascarilla de repuesto, bandas salvaorejas o algún accesorio de protección como llaves o punteros para evitar tocar superficies… Este tipo de regalo corporativo permite, además, adaptarse con enorme facilidad a diferentes circunstancias.
Pero elegir y combinar los elementos que irán dentro del kit de protección no es la única forma de personalizarlo. No hay que olvidar que un regalo de empresa siempre tiene un doble objetivo: por un lado, un mensaje de agradecimiento o reconocimiento y, por otro, una finalidad publicitaria.
En este último sentido, personalizar el kit de protección y todos sus elementos con el logo estampado es muy sencillo. Pero no solo con la seña de identidad de la empresa, también con alguna imagen o frase que pueda identificarla con facilidad. Lo verá quien ha sido obsequiado y también aquellos con los que se relacione habitualmente.
Símbolo de identidad corporativa
Pero más allá de una simple cuestión publicitaria, un kit de protección frente al coronavirus puede esconder un mensaje más profundo: el interés de la empresa por el bienestar social. Cuando esa preocupación forma parte de la identidad corporativa, transmitirla no siempre es sencillo. Regalando accesorios que promueven la salud sanitaria y el bienestar de los ciudadanos sí que se consigue transmitir ese valor fundamental.
Más allá del clásico regalo de empresa
No solo para regalos estrictamente corporativos. Un kit de protección se puede entregar en infinidad de situaciones: como bienvenida al trabajo o al centro educativo tras un obligado parón o las vacaciones. También, como recordatorio a personas que visiten la empresa o como pequeño aliciente a aquellos posibles clientes que se acerquen a un negocio para interesarse por sus servicios, desde un gimnasio a una peluquería o academia.
Mil posibilidades por muy poco
Un kit de protección frente al coronavirus es práctico, perfecto en todo tipo de situaciones y versátil. Pero hay más: es un regalo tan útil como económico. Y eso lo hace especialmente atractivo en un panorama económico en el que las empresas no pasan por sus mejores momentos, pero en los que no pueden renunciar a cualquier herramienta de promoción que tengan a su alcance.
Obsequiar con un kit de protección es aportar un granito de arena en la lucha contra el coronavirus y, a veces, una llamada a la responsabilidad. Por eso, nunca será un regalo corporativo más.
